Julia López es una pintora mexicana autodidacta que representa en su obra su niñez en la región de Costa Chica en el estado de Guerrero. Nació en un pequeño pueblo del cual se fue cuando eran joven hacia Acapulco y Ciudad de México buscando una mejor vida. En la capital, ella fue contratada como modelo de artistas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado "La Esmeralda" y fue parte de un notable círculo de artistas de ese tiempo. La influencia de estos artistas la impulsó a empezar a pintar con Carlos Orozco Romero quién la alentó a tomar una instrucción formal para no perder su propio estilo. Julia exhibió su obra en 1958 y desde ese momento su obra se expuso individual y colectivamente en México, Estados Unidos y Europa. Su trabajo ha sido reconocido con premios y su afiliación al Salón de la Plástica Mexicana.